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Felicidad

Buscando la felicidad

Sabemos que todos, de una forma u otra vamos en pos de lo que llamamos felicidad, pero realmente no llegamos a alcanzarla y desconocemos de que se trata. Posiblemente, desde el punto de vista individual sea una proyección de lo idealizado y por lo tanto no universal. Un deseo personal no se puede universalizar.

Dentro de nuestra estructura mental, indagamos, reflexionamos, deseamos, experimentamos, y sin embargo acabamos en una espacie de estado de frustración, ya que no se producen los acontecimientos acorde a lo querido.

 Libros sobre la felicidad, teorías filosóficas y científicas, métodos diversos, conferencias, deseos y discusiones interminables, y todo para quedarnos con la esperanza que en un futuro venidero, tal felicidad surgirá.

 Como la exageración no suele tener límites, han elevado a Mathieu Ricard al olimpo "del hombre más feliz del mundo", por el hecho de contemplar en estudios realizados en resonancias magnéticas y otra aparatología médica como áreas del cerebro son activadas y a las que le asignan estados de "felicidad". Esto requeriría cierta reflexión crítica, pero de momento lo dejamos aquí aparcado.

 Puede ser cierto o no, pero otra manera de intentarlo sería buscar de maneras o vías muy distintas, y siempre considerando la idiosincrasia del buscador/a.

 Me viene a la mente una hermosa historia:

Historia: Donde encontrar la ansiada felicidad

 En una ocasión, Dios dió al ser humano la posibilidad de conseguir la felicidad. Para ello, preparó una llave con la cual abriría el reino de la dicha al hombre.

 Con el fin de que éste se esforzara y la buscara, Dios pensó donde esconderla. "Quizás estaría bien que escondiese la llave en el lugar más alto y oculto de los Himalayas" - reflexionó -. Al poco tiempo, se dijo a sí mismo, que el hombre se esforzaría y acabaría encontrándola.

 De nuevo pensó en otro lugar y creyó que el sitio adecuado podría ser las profundidades del océano. Dios, de nuevo recapacitó y dijo: " Tampoco es un buen lugar para esconder la llave, ya que su deseo por alcanzar la felicidad le hará buscar denodadamente y puede acabar encontrándola".

 Como es evidente, el Ser Supremo, conociendo la naturaleza de los seres humanos, entonces pensó:

 "Voy a guardar la llave de la felicidad en lo más profundo de su corazón, ya que buscará en todas partes en el mundo externo y nunca allí donde está instalada: EN SU PROPIO INTERIOR".

 Es una posibilidad más de las muchas que existen. Walter Benjamin hacía esta definición: "La felicidad es percibirse a uno mismo sin miedo". Sólo hay que probar.

 

 

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Comentarios 

1 comentario para este mensaje

29 de Junio de 2012 23:39

vanessa

Qué extraño, verdad?, somos los responsables de nuestra felicidad y sin embargo la idea general no es esa.

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