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Custodios del Alma II

Custodios del Alma (II)

........"Pensar" proviene de una voz latina que alude a la operación de pesar y, tiene múltiples significados: considerar, examinar, reflexionar, calcular, cavilar, rumiar....., unos más superficiales y otros más profundos, pero en definitiva, pensar, especialmente en occidente, ha llegadoa  convertirse en una actividad que no está exenta de una dolorosa melancolía, que puede llegar a deprimirnos y agobiarnos ante el peso inextricable de la existencia.

Estado psicomental

El modelo plástico de este estado psicomental está perfectamente plasmado en la obra "El Pensador" de Rodin, en la que la mano ayuda a soportar el a veces terrible peso del pensamiento contenido en la cabeza. Pero el escultor francés ha trascendido la pura abstracción, el mero concepto, la simple idea del pensar y ha sabido expresar un estado anímico mucho más complejo y moderno, algo realmente más íntimo y sutil: la pesadumbre y el malestar que acompaña también al pènsamiento.

Ahora bien, esta visión apesadumbrada del pensamiento responde a la concepción occidental, porque en otras culturas, especialmente en Oriente y en concreto en el arte indio, la gravedad y el dramatismo existencial no van ligados al acto de pensar y, podemos ver un ejemplo del distinto tratamiento de este asunto en la representación artística del Bodhisattva, que podríamos tomar como el equivalente oriental del Pensador de Rodin.

Actitudes expansivas y egocéntricas

Estas figuras, los Bodhisattvas Padmapani (tomando como ejemplo los bronces de Cachemira de los siglos VII y VIII), muestran un modelo iconográfico muy distinto, se representan en actitud reflexiva, pero relajada, abierta y expansiva, que viene resaltada por la propia composición de líneas centrífugas, a diferencia del modelo occidental que responde a una concepción predominantemente centrípeta. El arte oriental nos muestra la plasmación de una ternura pensativa y compasiva, mientras que en Occidente se refleja una actitud más narcisista y egocéntrica.

Tal vez de ahí deriva la sensación de pesadumbre del pensador occidental: de esa continua preocupación por nosotros mismos, por ese girar, a menudo obsesivo, alrededor de nuestra propia órbita.Tal vez la tensión ante el dolor, ante el sufrimiento de la vida, ante la angustia existencial, se liberaría, simplemente, al extender la mano hacia los demás, al desplegarnos, no al replegarnos. La solución que nos muestra el arte indio responde a toda una filosofía de la vida, en la que el pensamiento nos conduce al amor, a la compasión y a la acción desinteresada, liberándonos así de lat ensión egotista.

Sigue en III

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Comentarios 

1 comentario para este mensaje

22 de Noviembre de 2013 03:43

vanessa

Aunque lleve toda la vida no está mal esculpirse para ser una figurita bodhisattvica.
Yo desde luego lo prefiero.

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