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El renunciante y el diamante

 Hay lecciones e historias que nos hacen dar cuenta de estados de ánimo o de actitudes que pueden ser beneficiosas e incluso liberadoras en nuestras vidas. Creo que ésta puede ser una de ellas. Claro ejemplo de desprendimiento, renuncia y amor, lo tenemos en Vicente Ferrer. Esta historia la dedico en su memoria y a mi extraordinaria vivencia con él.

 Un sanyasin o renunciante había llegado a las afueras de una aldea y después de un largo día, de tanto caminar, se tumbó bajo un árbol dispuesto a pasar la noche. De pronto, un habitante de la aldea, de forma inesperada se acercó corriendo hasta él, diciéndole: "¡ La piedra! ¡La piedra1 ¡Dame la piedra preciosa1

El sanyasin asombrado le pregunta: ¿qué piedra?

"La otra noche se me apareció en sueños el Señor Siva, - dijo el aldeano - y me aseguró que si venía al anochecer a las afueras de la aldea, encontraría a un renunciante que me daría una piedra preciosa y que me haría rico para siempre."

 El sanyasin pacientemente empezó a rebuscar en su bolsa y de ella extrajo una piedra. "Probablemente, se refería a ésta", dijo mientras entregaba la piedra al nervioso aldeano. "La encontré en un sendera del bosque hace unos días. Por supuesto que puedes quedarte con ella".

 El hombre se quedó mirando a la piedra extasiado. ¡Era un diamante! Tal vez de los más grandes y valiosos del mundo, puesto que tenía el tamaño de la mano de un hombre.

 Tomó el diamante y con gran regocijo se marchó. Al llegar a su casa empezó a hacer planes de futuro con el valor que el diamante tenía. A media noche, incapaz de dormir, empezó a dar vueltas en su cama, pensando y reflexionando.

 Al día siguiente, nada más amanecer, corrió presuroso a despertar al sanyasin y le dijo:

 "Dame la riqueza que te permite desprenderte con tanta facilidad de este diamante".

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Comentarios 

2 comentarios para este mensaje

28 de Noviembre de 2013 00:05

vanessa

Mola esa actitud ante la vida.

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