Ni tu ni yo somos los mismos - Historia -.
La realidad es que nada perdura
Parece ser que no nos damos cuenta de la impermanencia de la existencia ya que nuestro deseo es hacer perdurar - imposible - estados de bienestar que no queremos que cambien. Obviamente, una cosa es el deseo y otra la realidad; sin embargo, nuestra mente crea la magia de que eso es posible, es decir, aferrarnos a que no cambie aquello que fervientemente poseemos.
La sabiduría de Buda
Suele contarse que Buda fué el hombre más despierto de su època. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano ni desarrolló tanto la benevolencia y la compasión.Se dice que entre sus primos se encontraba el perverso Devadatta, siempre celoso del maestro, empeñado en desacreditarlo y desear, incluso, su muerte.
Cierto día, Buda estaba paseando tranquilamente y Devadatta, escondido en la cima de una colina, le lanzó una pesada roca a su paso.No obstante, la roca no dañó a Buda, quedando solo cerca de él.Así pues Devadatta no consiguió su objetivo.Buda se dió cuenta de lo sucedido, pero permaneció impasible sin perder la sonrisa.
Días después, Buda se cruzó con su primo y le saludó afectuosamente. Muy sorprendido, Devadatta le preguntó:
¿No estás enfadado primo?
-No, claro que no.
Devadatta insistió:
¿Por qué no estás enfadado si sabes que he intentado matarte?
Buda le respondió:
Porque ni tu eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando ésta fue arrojada. Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe amar, todo es perdonable.
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