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Meditación

La meditación es universal y se encuentra en todas las culturas que han buscado respuestas a la existencia humana. Desde luego, no es propiedad de ningún grupo, secta, culto o movimiento religioso. No es propiedad de Oriente u Occidente, ni pertenece al Budismo, Hinduismo, Cristianismo o Sufismo. La meditación es propiedad de todos y cada uno de los seres humanos, de la misma manera que el sueño forma parte de todos nosotros; sin embargo, para acercanos a la meditación, es importante tener en cuenta diversos aspectos que nos pueden servir de guía.

 Si nos ceñimos a la meditación desde una de las muchas perspectivas tradicionales del hinduismo, comentaré sencillamente, que hay cuatro factores a considerar:

Objeto de la meditación

 Primeramente el objeto de la meditación o la meta úlitima que es descubrir nuestra verdadera Realidad o lo que podemos denominar el Ser; el mantra o lo que corresponde a la vibración, energía mística o bien como Suami Muktananda decía, "la vibración del Ser"; asana o postura en la que uno se sienta durante el período de la meditación y por último, la respiración que acompaña a la repetición del mantra.

Asana - Postura-.

 El cuerpo requiere quietud y, motivado a la conexión mente-cuerpo, el estado de ánimo se eleva manteniendo el tronco erguido, haciendo que la mente se haga más estable, sosegada y calmada. Patanjali, se refiere en sus yoga sutras como mantener la postura meditativa, "sthira sukham asana" - la asana debe ser firme y confotable -.

 Para explicarlo de forma sencilla - aquellos que practican yoga ya son conocederos de las posturas -, se puede mantener la postura en cualquiera de las asanas que se utilizan para la meditación, o bien tumbados,  o sentados en una silla. En la medida que hay quietud en la postura, ello es una invitación a la mente para que se interiorice; si por otro lado, la tendencia es a moverse, la mente se inquieta.

Mantra

 De acuerdo al hinduismo, a fin de aquietarse y adentrarse en otro estado de conocimiento, el mantra y su repetición es el corazón de la meditación y por lo tanto una de sus grandes técnicas o métodos. Al mantra se le atribuye ser un sonido o vibración cósmica, y cuando uno se sumerge en él, se ve conducido a la experiencia del Ser. No obstante, debemos considerar que existen múltiples sistemas de meditación con acercamientos diferentes buscando el acercamiento a lo que se puede denominar la Diviniidad, y que se ve reflejado en distintos sistemas filosóficos de la India, también en el budismo, jainismo, sufismo, cábala y un largo etc.

Respiración

 A la repetición del mantra  le acompaña la respiración, creando un ritmo con la inspiración y espiración, dejando que este proceso se produzca de forma natural y espontáneo.

 Entendimiento de la mente

 Al sentarse a meditar es común identificarse con los pensamientos que surgen y reacionar ante ellos. Pensamientos de enfado, cólera, frustración, amor, en momentos siendo trasladados al pasado  en otros proyectándose hacia el futuro, al igual que todo deseo insatisfecho se presenta creando planes para su logro y así sucesivamente de manera inacabada. Uno trata de controlar y desechar esos pensamientos, pero cuanto más se intente en llevarlo a cabo, mayor cantidad de pensamientos aparecen.

 Permite que tu mente se mueva, manifieste o acelere todo lo que desee pero no trates de subyugarla o controlarla a la fuerza. Sencillamente observa los pensamientos como aparecen y desaparecen. No importa cuantos pensamientos, imágenes, sensaciones, deseos, estados positivos, negativos, agradables, desagradables aparezcan en la mente, deberías darte cuenta que meramente son el juego de la Conciencia, como lo indicaba Suami Muktananda. Comprende que tu eres el testigo, el Ser, y deja que la mente se mueva hacia donde quiera. Si meditas con plena conciencia que todo es lo Infinito, tu mente se calmará y eso dará lugar a la más elevada de las meditaciones.

Actitud en la meditación

Siéntate en quietud. Enfoca la atención en el Conocedor Interno. Deja que tu respiración se mueva de forma natural. Repite tu mantra. Sumérgete más y más en tu Ser interno. Interioriza tus sentidos y tu mente dejándote absorber en el puro "Yo".

 Si los pensamientos surgen, deja que aparezcan y desaparezcan. Medita con la actitud de desprendimiento, sintiendo que eres el testigo de tu propia mente. En el instante en que la mente se aquieta, la experiencia interna se manifiesta. Respeta la mente, comprendiendo que lo que surge en ella es una forma de la Conciencia.

 

 Repetición del Mantra

Para el sosiego de la mente, puedes apoyarte en la repetición de un mantra. Puedes utilizar el mantra OM, SOHAM o bien OM NAMAH SHIVAYA.

 Déjate absorber en la meditación. No importa que pensamientos surjan. Deja que el silencio interno te impregne con la conciencia de que todo eres tú y que tú eres absolutamente todo.

MEDITA EN TU SER. HONRA A TU SER. COMPRENDE A TU SER. EL SER ESTÁ EN TI COMO TÚ.

     SUAMI MUKTANANDA