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El invitado

El invitado

Gozaba de una gran consideraicón por tener un carácter sereno y compasivo. Una familia muy rica había oído hablar de él y deseaba conocerlo ya que su fama era amplia y, por lo tanto querían de alguna manera "lucirlo" ante sus invitados.

Esa familia, se puso en contacto con él y le invitaron a una importante comida. El hombre llegó modestamente vestido y enseguida se dió cuenta de que los presentes evitaban saludarlo o de que incluso los criados le servían con desgana.

Abandonó unos minutos la casa y volvió ataviado con una elegante e impresionante túnica. Los dueños e invitados de la casa lo saludaron muy efusivamente y los criados le servían con el mayor de los esmeros. LLegó el momento de pasar al comedor para celebrar la comida. Le dijeron al hombre qué asiento le correspondía. Se despojó de la túnica, la cual le confería autoridad y con descaro la arrojó sobre la silla.

-¿Por qué hace eso? - le preguntaron todos estupefactos

- Ha sido mi túnica y no yo la que ha recibido vuestro respeto y consideración. Que se quede ella a comer con vosotros.

Y sosegado y sonriente, abandonó la casa con una gran alegría interior.

Si reflexionamos, nos daremos cuenta que solemos poner la atención en lo banal y no lo importante.

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Comentarios 

2 comentarios para este mensaje

23 de Agosto de 2013 22:35

vanessa

Las historias son estupendas para abrir los ojos, no es facil salir de la ilusión de los sentidos.
Pero podemos hacer cosillas para salir de nuestra profunda ignorancia :)
Gracias por la historia

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