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Custodios del Alma (III)
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Decidirnos a ser
En el hermoso texto del Bhagavad Gita, concebido en forma de diálogo entre Krishna y Arjuna, el primero le explica que, aunque estamos encadenados por nuestros actos y sus consecuencias, hay acciones que nos pueden liberar cuando son ejecutadas con absoluto desprendimiento. Para el sufí Abi´l-Khayr "no hay infierno sino individualidad, no hay paraíso sino altruismo"
Transformación de la conciencia
Y es, precisamente la grandeza que encierra la elección de "ser" la que ha gozado de un gran consenso entre autores de distintas èpocas y culturas. A ella se refiere Rabindranath Tagore cuando habla de la plasmación de la Verdad del universo en el ser de cada uno de nosotros, tan coincidente con la psicología transpersonal y de alguna manera con ciertas reflexiones metafísicas de físicos cánticos como David Bohm y Fritjof Capra (en la foto)..Hacía lo mismo, apunta la poesía mística del indio Kabir y la de San Juan de la Cruz cuando hablan de la transformación de la conciencia, siendo,, una vez más, Shakespeare un precursor de esa percepción lúcida de la conciencia que en Oriente aparece ya en los grandes pensadores de los Upanisads, cuando decir a Hamlet:
"Esto sobre todo: sé cierto a tu propio SER, y ello debe seguir como la noche al día para que entonces no puedas ser falso ante los hombres..."
Sobre todo: sé fiel a lo esencial de ti mismo, ello debe seguir como la noche al día para que no seas un falso hombre.
Porque como decía Jung, tanto en la historia de la colectividad como en la historia del individuo, todo depende del desarrollo de la conciencia,
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La búsqueda de lo Profundo
La búsqueda de lo Profundo
No hay duda que cuando la insatisfacción interior surge, comienza una búsqueda por obtener respuestas y se aviva la sed por la Sabiduría, sobre todo por parte de explaradores genuinos del Espíritu.
Somos producto de la cultura en la que nos toca nacer y "hemos desarrollado, sobre todo, las corrientes cristianas de pensamiento que organizaron en gran medida la visión occidental de la identidad humana, y tanto sus prácticas como el simbolismo impregnaron profundamente nuestra vida cotidiana desde el final del mundo romano y helenístico.", así comenta George Steiner, el gran maestro y literato de nuestra época -que recomiendo- y yo me doy cuenta que hay una especie de caducidad en la construcción de una realidad basada en fes y dogmas.
No se trata de buscar teologías sustitutivas, pero sí encontrar respuestas menos encorsetadas, caminos menos condicionados, haccer uso del libre albedrío para impulsarnos hacia la libertad plena.
Buscadores del Absoluto
Un buscador intenso, perseguido por una iglesia retrógrada, ha sido el considerado más grande místico del cristianismo, San Juan de la Cruz.
D. Santiago Ramón y Cajal, cuyo nieto Santiago Ramón y Cajal Junquera - me honra con su amistad,- decía que los grandes médicos son el sol, el aire, el silencio y el arte y que si echamos un vistazo al "Evangelio Esenio", veremos que recoge en sus enseñanzas: "Dejad que el ángel del aire, el angel del agua, el ángel el sol y el ayuno formen parte de vosotros"..Asimismo, los textos de yoga hablan de procesos de purificación a través de kriyas para el cuerpo físico, nadis, ascesis, dieta y un largo etcétera.
San Juan de la Cruz
Todo lo anteriormente dicho, podría ser traído al territorio del Yoga, pero en este caso quiero traer lo extraordinario de la contemplación, èxtasis, yoga (unión) por medio de S. Juan de la Cruz, así se puede combinarl a luz del cerebro y la luz del alma que no son sino la búsqueda de luz, de respuestas ante la incertidumbre de la existencia, de ansia de conexión con algo grande, en definitiva, nostalgia del Absoluto.
Siempre que tenemos ocasión, visitamos el Monasterio de S. Juan de la Cruz, donde está el sepulcro del más grande místico, y uno intenta impregnarse de su grandeza e inspiración.
Es significativo que el primer poema que Fray Juan de la Cruz escribe unas "coplas hechas sobre un éxtasis de harta contemplación". En ellas se contiene la mejor definición de lo que es una vivencia mística tal y como él escribe: "Y si lo queréis oir / consiste esta summa sciencia/ en un subido sentir / de la divina esencia / es obra de su clemencia / hazer quedar no entendiendo / toda ciencia trascendiendo".
Cualquier comentario empobrecería, ya que tan solo se puede decir que se trata de aquel beber chorro de la fuente directa del Supremo en una experncia que, por producise más allá de los parámetros racionales del tiempo y espacio, es inefable: "Yo no supe donde entraba/pero cuando all´me v/ sin saber donde me estaba/ grandes cosas entendí/ no diré lo absorto y ajenado/ que se quedó mi sentido/ de todo sentir privado".
Podemos observar como la belleza exquisita de estos poemas, son la expresión de oder saborea el Espíritu, lo Supremo, la Luz, Dios. Si este es el caso, ya no hay nostalgia por el Absoluto.