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La respiración y el alma

Prana

Para conseguir sus saludables objetivos, nuestro organismo asocia dos sistemas: el respiratorio propiamente dicho y el circulatorio, que juega el papel de transportador de gases y, desde el punto de vista espiritual, encarna esa energía invisible  - de la que no hay referencia en occidente -, que viene con el prana.

Kábala y respiración

 Los pulmones están divididos en varios lóbulos por cisuras profundas: el izquierdo posee dos lóbulos y el derecho tres Como dice mi buen amigo y gran especialista en la Kábala, Mario Satz, esta simple numerología ha llamado la atención de muchos médicos kabalistas como Bonastruc, de Porta o Majnámides de Girona, ya que la cifra 3-2, o pare el caso 32, está en estrecha relación con los Senderos de la Sabiduría y el corazón y según hemos visto, es el sistema circulatorio - del cual el corazón es el motor - el que constituye el polo carnal de la respiración. En otras palabras: que mientras el pulmón es yin "lunar", el corazón es "yang" y solar.

Los Padres del Desierto, sostenían que lo que el pulmón recibe - en su caso del Espíritu Santo - el corazón debe devolverlo. El primero es el órgano de la contemplación, idea que por sipuesto, no es ajena al pranayama practicado en los diferentes sistemas de Yoga. El segundo, es el instrumento del amor y del conocimiento crónico.

La respiración y la concencia luminosa

Desde la más remota Antiguedad, en la India se ha practicado el pranayama o el arte y ciencia de la respiración. Podemos decir que Patanjali - teórico y filósofo a quien se le asigna la compilación de los Yoga Sutras - sostenía que "la respiración ayuda a la de los movimientos inspiratorios y espiratorios (normales)" con el fin de provocar estados de conciencia luminosos.De manera que, y Patanjali no fue el primero ni el último en pensarlo así, nuestro desarrollo espiritual está íntimamente ligado a nuestra respiración. Por ello, educando el ritmo respiratorio, se puede liberar a la conciencia de sus propios límites.

El impulso de la respiración al encuentro del Espíritu

Nicéforo el Solitario, un monje ortodoxo griego del siglo XVIII  anotó: "En cuanto a tí, según te he dicho (aconseja a su discípulo) , siéntate, reconcentra tu espíritu, introdúcelo en las fosas nasales , pues ese es el camino que toma el hálito para ir al corazón. Impúlsalo luego y, fuérzalo a descender a tu corazón junto con el aire que inspiras. Y cuando esté allí verás la dicha que resulta: no tendrás nada que lamentar. Y así, como el hombre que vuelve a casa después de una larga ausencia, es posible experimentar la misma alegría de quien se encuentra con sus hijos y con su esposa. De este modo cuando el espíritu se ha unido al alma, desborda de una alegría y deleite inefables. Hermano mío, acostumbre, pues a tu espíritu a que no se impaciente por salir. Al comienzo estará falto de celo, pero muy pronto descubrirá que quiere decir aquello de "el reino de los cielos está dentro de vosotros".