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La sabiduría de los Maestros y (3)

Amor

Queda claro por tanto, que disponemos de dos extraordinarios instrumentos para humanizarnos: las acciones que realizamos con desprendimiento, con generosidad y altruismo, y la posibilidad de modificar nuestro estado de conciencia; pero es que además, existe una energía muy especial en nosotros que todos anhelamos, conocemos, o si carecemos de ella, ansiamos alcanzar: el amor.

El amor es el vínculo que más une a los seres humanos, pero cuando se ausena del corazón surge el padecimiento. "Amar es querer el bien para alguien", decía Aristóteles, mientras que Sócrates sostenía que "el amor es el mensajero entre los dioses y el hombre", y como sugiere Santa Teresa, "no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho."

 En nuestro tiempo, claros ejemplos de amor en acción, han sido sin duda el Dr. Albert Schwitzer y la madre Teresa de Calcuta y también Vicente Ferrer, los cuales se ajustan a esa frase tan afortunada de Ramdas, cuando dice: "lo que una persona tiene para ofrecer a otra es su propio ser, nada más ni nada menos".

Custodios del alma

 En esta era tecnológicia es tarea de todos rescatar, recuperar y preservar las diversas fuentes culturales que contienen el gran conocimiento universal y que nos muestran la profundidad de la vida; sobre ellas pesa la peor de las amenazas: el olvido,

Esa "filosofía perenne" de la que habla Aldous Huxley, digna de durar lo que el mundo dure, responde a una visión del mundo que comparten la mayor parte de los pensadores, maestros espirituales, filósofos e incluso científicos. Se le denomina "perenne" o universal porque aparece implícitamente en todas las culturas del planeta y en todas las épocas. Es, dice Ken Wilber, "un acuerdo universal en lo esencial".

Esa reserva espiritual, supone un consenso filosófico único y tiene sus guardianes, sus custodios, entre los que se encuentran grandes filósofos y recopiladores como Martin Buber, dentro del judaísmo, D.T.Suzuki, en la cultura japonesa, Indries Shah, dentro del sufismo, Vivekananda, Ramakrishna, Ramana Maharshi, Aurobindo, Sivananda y otros en el hinduismo.

 Aún cuando los antiguos griegos decían: "sólo los dioses pueden conocer, nosotros los mortales, sólo opinar y conjeturar". Podríamos añadir que también nos cabe transformar la vida y convertirnos en sus dueños por medio de la acción y el amor incondicional y que, aun como limitados mortales, tenemos en nuestras manos la posibilidad de alcanzar la sabiduría a través del despertar de la conciencia. Sólo desde este peldaño evolutivo podremos llegar al alma y conquistar el espíritu.

 No es en la geografía del cielo donde hay que buscar el alma. El alma se relaciona con la plenitud de la vida, en la que se integran cuerpo, mente y el anhelo de alcanzar el espíritu.

 Los grandes pensadores de todos los tiempos, así como la ciencia más puntera de nuestro siglo, coinciden en que la sabiduría del alma se halla ineludiblemente en una concepción global del ser humano.

  Deberíamos hacer nuestras las palabras de Ramakrishna: "Los vientos de la dicha están soplando en todo momento, sólo tienes que izar la vela".


Madre Teresa: Amor de Oriente y Occidente.( en su recuerdo)

Madre Teresa de Calcuta

Creo que es necesario traer a nuestra conciencia y a la propia sociedad el recuerdo de sres excepcionales que se has desvivido por sus semejantes y que son un ejemplo para combatir el egoísmo.

El amor, altruismo, la compasión y el compartir la vida, dedicándola a los demás, nunca pasará de moda. Más bien hay que rescatarlo y poner estos valores al servicio de los otros en estos días, donde reina la confusión y el egoísmo desmedido.

Viene a mi mente el recuerdo de muchas de mis vivencias con grandes maestros que han enseñado - y otros en la actualidad lo siguen haciendo -, como transformar nuestra vida, pero una de las inolvidables experiencias, fuè mi encuentro con la Madre Teresa de Calcuta, ejemplo de amor, entrega, abnegación, renuncia y esfuerzo. De ese encuentro quiero narrar y rememorar algunos momentos vividos.

Cuando se contempla el panorama internacional hay pocas personas que dispongan de esas cualidades, -también aflora la imagen de otro benefactor de la humanidad recientemente desaparecido, Vicente Ferrer -, pero en toda noche hay estrellas que brillan con luz propia, y en la època que nos ha tocado vivir, refulge destacada una estrella, Madre Teresa de Calcuta, aunque físicamente desaparecida.

 

Como un árbol dadivoso

 Ella es el puente entre Oriente y Occidente, es la manifestación de la universalidad. Es la unidad en la diversidad. Un àrbol frutal cuando está cargado se inclina y prácticamente nos dice: aquì estoy dispuesto a ofrecerte todo lo que poseo y compartirlo contigo.

Así era Madre Teresa. Su cuerpo con un continuo gesto de dádiva, estaba siempre inclinado de tanto dar y servir a sus semejantes.

Observándola detenidamente, sus movimientos eran ágiles y llenos de armonía. Su rostro arrugado denotaba quizá el sufrimiento de todos aquellos pobres y desamparados que ella atendía con tanto esmero.

Sus ojos serenos y brillantes, rezumaban tal ternura que yo tenía la sensación, que estaban buscando a los más pobres de los pobres, a los enfermos y moribundos para posarse en sus maltrechos cuerpos e irradiarlos con amor infinito.

Esos ojos llenos de compasión, son las ventanas por las que se expresa su alma, tan unida a la grandeza de su espíritu interior. Sus manos delicadas y firmes, siempre se extendieron de forma constante, no para apoyarse, sino para sostener a otros, no para recibir sino para ofrecer; tan llenas estaban de riqueza, que desparramaban inagotablemente lo que poquísimos poseen: amor y desprendimiento.

Su voz cálida y entrañable acompañada por una dulce sonrisa, penetraba en mi mente con sencillas palabras llenas de convicción como una maestra amorosa, enseñando cual es el camino para acabar con el egoísmo y cambiar la naturaleza humana en divina. Sus frases eran siempre de aliento, a pesar de conocer mejor que nadie el sufrimiento y la miseria humana.

Ejemplo para los poderosos

 Los poderosos disputaban su compañía; reyes, jefes de estado, políticos, organizaciones. Su humildad hacía que muchos se sintiesen avergonzados de sí mismos. Tantos y tantos, buscan nombre, poder y riqueza; ella, como muy pocos, servía. amaba y daba sin barreras de credo o raza.

Su ser desprendía serenidad y al acercarse a ella, las emociones negativas que anidan en nuestro interior como la crispación, ansiedad, angustia, temor cólera  y otras muchas que son producto de los deseos egoístas, nos hacían ser más conscientes que son generadores de insatisfacción y dolor.

Me daba cuenta que su quietud, sosiego y fortaleza se debía a todo lo contrario: olvidarse de si misma para entregarse y fusionarse con todos aquellos a quienes servía.

Su fe era ilimitada y no se consideraba la hacedora de sus obras y trabajos. Decía ser meramente un instrumento en manos de Dios. En mi conversación con ella, le preguntaba, quién es y donde está Dios?

Con dulzura inenarrable me respondía: "Cuando sirves a un pobre, lo sirves a El, cuando miras a un pobre, lo miras a El, cuando tocas a un enfermo, lo tocas a El".

El amor profundo

Un pensamiento me surge veloz y se lo proyecto sin dudar. ¿Porqué existe tanto egoísmo en el ser humano?. Una vez más su positividad y vivencia del amor le hace exclamar

 :"Hay seres extraordinariamente bondadosos,de forma especial, los jóvenes y nuestros pobres". "Hemos sido creados para amar y ser amados". La miro de nuevo y surge en mi mente otra pregunta: Madre,¿cuál es el camino para lograr la felicidad? a la que candorosamente me responde: "Un corazón compasivo, limpio y puro".

Claro está que su fuerza se basaba en el amor y la oración, algo difícil de entender para muchos de nosotros, pero que a través de su poder, la Madre Teresa buscó sin dudarlo, la presencia de lo Divino.

Me siento dichoso de haber conocido un ser excepcional como la Madre Teresa y en su momento habíamos quedado de vernos en Vigo,  adonde la había invitado a participar en un programa sobre Yoga y Paz. Seguro que todos que la recordamos, nos invita a fomentar el desprendimiento y la entrega de lo que tanto ejemplo dió.

Madre Teresa, sigue siendo la manifestación viva del sentimiento más profundo que existe en el ser humano: El Amor.

Es el Amor de Oriente y Occidente

En mis próximos mensajes, escribiré acerca de mis encuentros con grandes personajes y maestros. Si deseáis conocer más, podéis ver nuestra pàgina, yogasananda.com


Custodios del Alma (IV)

Continúa del (3)

"El amor es el mensajero entre los dioses y el hombre"

...Queda claro, por tanto, que disponemos de dos extraordinarios instrumentos para humanizarnos: las acciones que realizamos con desprendimiento, con generosidad y altruismo, y la posibilidad de modificar nuestro estado de conciencia. Pero es que, además, existe una energía especial en nosotros que todos anhelamos, conocemos, o si carecemos de ella, ansiamos alcanzar: el amor. El amor es el vínculo que más une a los seres humanos, pero cuando se ausenta del corazón, surge el padecimiento:"Amar es querer el bien para alguien", decía Aristóteles, mientras que Sócrates sostenía que "el amor es el mensajero entre los dioses y el hombre", y como sugiere Santa Teresa, "no está la cosa en pensar mucho, sino en amor mucho".

En este tiempo, ejemplos claros de amor en acción son, sin duda, el Dr. Albert Schwitzer, Vicente Ferrer y, la madre Teresa de Calcuta, los cuales se ajustan a la perfección a esa frase tan afortunada del escritor norteamericano Ram Dass, cuando dice; "lo que una persona tiene para ofrecer a otra es su propio ser, nada más ni nada menos".

continua - final en (5)