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Pequeños detalles
Algunos detalles
Me encanta enseñar y compartir pequeños detalles con los estudiantes de Yoga Center.
Ayudas
La simple idea de enseñarles a usar pequeñas ayudas que el cuerpo nos proporciona para proteger y prevenir, me inspiran para seguir aprendiendo y ponerme al día de las últimas investigaciones sobre como tratar el cuerpo.
Hilos mentales
Hace unos días un profesor me agradeció la información que había compartido con el para mejorar su forma de enseñar a sus alumnos, le dije, "ponle un par de hilos mentales a tus alumnos, uno en el esternón y otro en la parte alta de la cabeza, para que puedan mantener el tronco erguido y trabajar desde ahí sus ejercicios", efectivamente a los dos días lo volví a ver y me dijo que solo con haber usado los hilos sus alumnos encontraron que su clase había sido mas difícil aun cuando los ejercicios eran mismos que los de días anteriores.
A veces los pequeños detalles son grandes ayudas. Gauri
Felicidad y vivir presente: ocho actitudes
Hacia un estado feliz
Cuando se parte con la intención de llevar a cabo una actividad determinada, traemos la mente consciente a que esté presente, atenta, despierta, sobre todo a través de ocho actitudes que son imprescindibles para tal logro, lo cual nos hace disfrutar de una sensación interna de dicha y satisfacción.
actitudes y presencia mental
Intenta traer hacia ti, otras personas y las actividades que realices, estas ocho actitudes que te lleven a un estado de atención y que son: mente de principiante, no juzgar, reconocimiento, ecuanimidad, desprendimiento o desapego, no disputa interna, autoestima y mente compasiva.
Pongamos por ejemplo que estás cocinando o realizando cualquier labor. Puedes practicar llevándolo a cabo como si fuese la primera vez. Acercándote a esta tarea con mente de principiante, nota la textura y experimenta los aromas cuando estás cortando los vegetales si generas juicios acerca de ti mismo, la comida o el cocinar. Reconoce tu autoestima o confianza en ti mismo - al cuidar tanto de los demás como de ti cocinando estos alimentos.
Si esto te resultase difícil, contèmplalo como una oportunidad para practicar la compasión y se consciente de que intentas hacerlo lo mejor posible de acuerdo a tus habilidades y de ninguna manera te sientas compungido o deprimido si las circunstancias no se dan como a ti te gustaría.
Si la mente se dispara anticipàndose hacia el final de la acción que estás realizando, se consciente de esos pensamientos y trae la mente enfocada al momento presente.
Ecuanimidad mental
Observando y comprendiendo la naturaleza impermanente de este proceso en la medida que surge, y dejando que se de sin disputar con él, es una práctica de ecuanimidad.
Nota como tu cuerpo y tu mente se sienten cuando estas actitudes están presentes y como el cuerpo y la mente responden o reaccionan cuando no lo están.
Procura realizar esta práctica en distintos aspectos de tu vida diaria y observa que sucede a la relación que mantienes contigo mismo, los demás y el mundo en general.
meditación caminando
Meditación caminando
Casi siempre en Occidente asociamos la meditación al permanecer sentados e inmóviles, pero la meditación budista, tradicionalmente se identifica con cuatro métodos diferentes: sentados, caminando, de pie y tumbados. Todos ellos, son un gran medio para cultivar una mente clara y calmada para prestar atención al momento presente. Después de la postura de sentado, la más común para meditar, es caminar.
En monasterios y centros de meditación, existen senderos o caminos tanto en el interior como el exterior que se utilizan para meditar caminando. En retiros de meditación, se suele incluir la meditación caminando, o bien antes de sentarse o después de la meditación sentado.
La meditación caminando, produce grandes beneficios, además de cultivar la plena atención o presencia mental.
Cómo realizar la meditación caminando
A fin de realizar la meditación caminando, busca un lugar por el que puedas caminar sin obstáculos, bien sea en el interior o exterior, de unos 10 o 15 metros de longitud y simplemente camina en una dirección y luego vuelve en sentido contrario. Cuando llegues al final del sendero que te has trazado, te detienes muy conscientemente, te das la vuelta, te detienes de nuevo y comienzas a caminar una vez más.
Los ojos, mantenlos mirando oblicuamente en dirección al suelo, sin fijar la mirada en ningún objeto en particular; los brazos pueden caer lateralmente, llevar la manos en posición de plegaria, sujetar con una mano la otra mano con los brazos caídos delante del cuerpo, o bien llevándolos detrás en la parte inferior de la espalda.
Para caminar en el sendero de meditación en una dirección y otra, busca un movimiento lento, con pasos cortos, que te permita mantener una atención serena en lal experiencia del caminar.
Una vez que te sientas conectado/a con tu cuerpo, deja que tu atención se sitúe en tus piernas y tus pies. En la meditación sentada, es común utilizar la observación en las sensaciones de la respiración, al entrar y salir el aire, manteniéndonos anclados en el presente. En la meditación caminando, el enfoque lo situamos en la alternancia en los pasos, primero un pié y luego el otro.
Con la atención en las piernas y pies, siente las sensaciones con cada paso. Nota como las piernas y pies see tensionan cuando elevas la pierna; siente el movimiento de la pierna en la medida que se mueve en el aire. Nota el contacto del pie con el suelo. Cuando te des cuenta que la mente vaga de un lugar a otro, tráela de nuevo a las sensaciones de los pies caminando.
Como ayuda para permanecer presente y consciente, puedes utilizar una "etiqueta mental", en la medida que caminas, ya que nos ayuda a situar la mente donde estás observando momento a momento.
Trata de dedicar la atención a las sensaciones en el caminar y deja pasar cualquier otro tipo de sensación que se manifieste. Cuando caminas lentamente, puedes repetir mentalmente, "elevando, avanzando, apoyando". Si en un momento dado, aparecen emociones o pensamientos que te perturban y te alejan de la observación de las sensaciones al caminar, es a veces de gran ayuda, detenerse y mantener la actitud de un observador que presta atención y no juzga ante el juego de la mente.
Vuelve a caminar muy consciente y despierto, prestando plena atención momento a momento a cada paso, repitiendo mentalmente, "elevando, avanzando, apoyando".
Disfruta aprendiendo a vivir despierto-a.