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Felicidad y vivir presente: ocho actitudes

 

Hacia un estado feliz

Cuando se parte con la intención de llevar a cabo una actividad determinada, traemos la mente consciente a que esté presente, atenta, despierta, sobre todo a través de ocho actitudes que son imprescindibles para tal logro, lo cual nos hace disfrutar de una sensación interna de dicha y satisfacción.

actitudes y presencia mental

  Intenta traer hacia ti, otras personas y las actividades que realices, estas ocho actitudes que te lleven a un estado de atención y que son: mente de principiante, no juzgar, reconocimiento, ecuanimidad, desprendimiento o desapego, no disputa interna, autoestima y mente compasiva.

 Pongamos por ejemplo que estás cocinando o realizando cualquier labor. Puedes practicar llevándolo a cabo como si fuese la primera vez. Acercándote a esta tarea con mente de principiante, nota la textura y experimenta los aromas cuando estás cortando los vegetales si generas juicios acerca de ti mismo, la comida o el cocinar. Reconoce tu autoestima o confianza en ti mismo - al cuidar tanto de los demás como de ti cocinando estos alimentos.

Si esto te resultase difícil, contèmplalo como una oportunidad  para practicar la compasión y se consciente de que intentas hacerlo lo mejor posible de acuerdo a tus habilidades y de ninguna manera te sientas compungido o deprimido si las circunstancias no se dan como a ti te gustaría.

Si la mente se dispara anticipàndose hacia el final de la acción que estás realizando, se consciente de esos pensamientos y trae la mente enfocada al momento presente.

Ecuanimidad mental

 Observando y comprendiendo la naturaleza impermanente de este proceso en la medida que surge, y dejando que se de sin disputar con él, es una práctica de ecuanimidad.

 Nota como tu cuerpo y tu mente se sienten cuando estas actitudes están presentes y como el cuerpo y la mente responden o reaccionan cuando no lo están.

 Procura realizar esta práctica en distintos aspectos de tu vida diaria y observa que sucede a la relación que mantienes contigo mismo, los demás y el mundo en general.


Asanas: práctica psicofísica

La mayoría de las veces, las posturas de yoga, son una especie de puerta que permiten la entrada a la verdadera práctica del yoga y su filosofía: ahora bien, su aprendizaje correcto, requiere un enfoque consciente y muy lejano a la utilización de la fuerza y la tensión para domar el cuerpo.

Esto viene a significar, el aprender a trabajar con los miedos personales, conceptos erróneos que uno posee con respecto a como practicar y el condicionamiento de lo "ideal" con el que uno trabaja para progresar, lo cual hace que haya una repercusión más bien negativa a nivel psicosomático.

 

Practicando con atención

 Para una práctica positiva y enriquecedora, es necesario entrar en la postura con plena conciencia y un sentimiento de respeto por el cuerpo; parafraseando a B.K.S. Iyengar, diría que "el cuerpo es como un templo, y la asana o postura una oración".

Enfoca tu atención en la forma y la alineación adecuada, aunque esto, no significa que alcances la perfección en la ejecución final de la asana. Lo que más ayuda a una práctica beneficiosa, es permanecer enfocado-a en llevar a cabo la postura de acuerdo a tu habilidad, respetando tus limitaciones y con la intención de entrega, desterrando la compulsión y obsesión por un rápido resultado.

Es bueno que recordemos algunos aspectos para una excelsa práctica de asanas de acuerdo con el yoga tradicional:

* Presta atención a la alineación, precisión y a las sensaciones físicas y mentales.

* Realiza los movimientos lentamente con enfoque e intención en áreas del cuerpo que  tiendes a ignorar.

* Presta atención a lo que tu cuerpo puede y no puede hacer en vez de juzgar o comparar tu práctica con los demás.

* Acepta inteligentemente las limitaciones de tu cuerpo.

* Abandona toda resistencia interna que muchas veces se produce cuando descubres tus limitaciones físicas. Respira, relájate y abandona el estrés al observar momento a momento lo que está ocurriendo durante tu práctica.

* Mantén un estado mental de receptividad, aceptación y atención a lo largo de toda la clase.

Integrando cuerpo-mente

 Sabemos que las asanas o posturas son las posiciones específicas del cuerpo que se utilizan en el Hatha Yoga, el cual, como indica el Hatha Yoga Pradipika y otros textos, son parte de la base para el Raja Yoga.

Desde el punto de vista del buscador de respuestas al misterio de la vida en el territorio del yoga, si la disciplina física se aisla de los componentes mentales y espirituales, de alguna manera se deja de lado la integración del yoga, -  de ahí que la tendencia sea el situarse en un yoga integral - el cual,  combina perfectamente los métodos psicofísicos y espirituales.

 En los Yoga Sutras, Patanjali menciona que la asana o asiento dispone de dos cualidades esenciales: sthira y sukha. Sthira significa, quietud, firmeza, estar despierto o alerta. Sukha, por otro lado, es la habilidad para permanecer relajado, cómodo, compuesto.

Estas cualidades debieran estar presentes, no sólo en las posturas físicas, sino que deben formar parte de los estados emocionales y mentales que acompañen positivamente a la práctica de asanas.